Autor Rafael Duque Naranjo
Las costumbres religiosas de los sevillanos de la mitad del siglo XX, la sincera devoción de la mamá, la forma espiritualmente tranquila de cerrar los ojos y comenzar la navegación imaginaria por el azul y el blanco del firmamento nos hicieron ver a Dios.
De la ceremonia del bautismo ni siquiera nos dimos cuenta porque estábamos muy pequeños. Después, a los cinco años, supimos que el Señor Obispo de Palmira, Monseñor Caicedo y Téllez, era una especie de papa chiquito que de vez en cuando llegaba al pueblo para administrar a los muchachos por una sola vez, el Sacramento de
Luego siguió
Otro día de la infancia me di cuenta que tenía trece años y dos peladas putísimas, Mercedes y María, que no dejaban de mirarme con cierta sonrisa cuando salía del colegio. Yo me ponía colorado de no poder pedirlo pensando en tantas cosas que la timidez oculta y que logré vencerla cuando cayó en mis manos un libro en rústica de un sicólogo de medio pelo llamado Paúl C. Jagot, cuyo título “
Del “Catecismo del Padre Astete” aún recuerdo: “las Obras de Misericordia son catorce, las Siete Espirituales y las Siete Corporales. Las Espirituales son estas: 1ª.- Enseñar al que no sabe. 2ª.- Dar buen consejo al que lo necesita. 3ª.- Corregir al que yerra. 4ª.- Perdonar las injurias. 5ª.- Consolar al triste. 6ª.- Sufrir con paciencia las adversidades y flaquezas de nuestro prójimo., y 7ª.- Rogar a Dios por vivos y muertos”.
“Las siete corporales son estas: 1ª.- Visitar los enfermos. 2ª.- Dar de comer al hambriento. 3ª.- Dar de beber al sediento. 4ª.-Vestir al desnudo. 5ª.- Socorrer al cautivo. 6ª.- Dar posada al peregrino y 7ª.- Enterrar los muertos”.
Nunca olvidaremos la cartilla “Alegría de Leer” del bugueño Evangelista Quintana donde aprendimos las primeras letras gracias al empeño de esa noble anciana y maestra formadora de generaciones: La señorita María Isaza. Todavía quedan en el recuerdo los primeros deletreos: piano, peineta, pié, Elena tapa la tina, El enano bebe….
Tampoco pasaremos por alto “Las Cien Lecciones de Historia Sagrada”, ni “