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8 jul 2011

La Cooperativa de Caficultores cojea. ¿Llegará?

Autor Rafael Duque Naranjo


Sevilla es el municipio que produce más café en el Valle del Cauca con una producción equivalente a 667.000 arrobas anuales durante el año 2010.
De otra parte, el hermano municipio de Caicedonia produjo 436.000 arrobas de café durante el mismo año de 2010.

Así las cosas, entre Sevilla y Caicedonia, la producción del grano fue de 1.103.000 arrobas de café durante el año pasado o sea que estos dos municipios produjeron el 20.44 % del café en el departamento del Valle del Cauca, cuya producción total fue de 5.395.000 arrobas durante el 2010.

Sigamos haciendo cuentas. Si la arroba de café al precio del 27 de junio de 2011 es de $97.000, la producción anual del departamento del Valle costaría $523.315 millones y la de Sevilla y Caicedonia $106.991 millones de pesos a precios de ahora.

Pero vamos realmente al grano. De los aproximadamente 700 caficultores afiliados a la Cooperativa de Caficultores de Sevilla (CafiSevilla), sólo 270 se encuentran habilitados para participar en las deliberaciones de la cooperativa, es decir, están al día. Los 430 restantes, algo así como un 61%, se encuentran inhabilitados con cuentas pendientes.

Frente a semejante situación nos han dicho que el doctor Humberto Potes tiene dos cargos: es gerente no solamente de CafiSevilla sino también de CafiCaicedonia. Tiene el don de la ubicuidad. Es decir está en Sevilla y en Calcedonia al mismo tiempo.

Aún más, recientemente tuvo la simpática idea de contratar con una central de riesgos las cuentas de los caficultores inhabilitados y morosos de la cooperativa.
La anterior realidad viene causando bastante desazón entre algunos caficultores que tuvieron a bien manifestarle a este redactor la difícil situación en que se encuentran ya que los bancos les niegan el crédito por figurar en “lista negra”.

La Cooperativa de Caficultores debería retomar el primigenio sentido social que le impuso su fundador Alfonso Ossa Jaramillo desde hace cincuenta años, de no hacerlo, valga la maldición de Chanlipo, el detective chino que anda por ahí cobrando entuertos.