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18 abr 2011

Jugar a Cantar, Escribir y Pintar


Por Rafael Duque Naranjo


Encontrarse con Julián Rodríguez Granada, sevillano cordial, repleto de un alto espíritu de vida, sentido del humor y amplios valores culturales, es volver a pensar en la importancia del producto intelectual de estos pueblos que aman la naturaleza y aún respiran paisaje.
Yo soy - me dijo – el chiquito de Gilma y Víctor, ocho hombres, cuatro mujeres y yo. Lo que uno juega cuando niño es lo que será cuando grande: Jugar a cantar, escribir, pintar, hacer música y teatro y querer la naturaleza.

Julián vivió sus primeros años en la vereda Palomino de ésta Sevilla del Valle, en la finca de su cuñado Carlos Cuellar, “ese patio de recreo permanente con frutas pájaros, guamas, nísperos, mandarinas, moras, aguacates, leche de vaca y huevos de gallina saraviada”.

En un pueblo – agrega Julián – uno tiene tiempo para contemplar, sentir, compartir, y eso ya es toda una fortuna que uno lleva puesta todo el tiempo. La sociedad de hoy nos está negando eso. El universo de hoy es el televisor, el celular, el computador y no podemos cambiar la vida por eso porque la vida no es virtual. La vida es la naturaleza, hermano. Tenemos que darle más tiempo a ella.
Con Julián Rodríguez estuve conversando largo rato y me dijo que las familias de estos tiempos se concentran desde las siete de la noche en el televisor y siguen ahí hasta las 10 y 11 de la noche, con el agravante de que la programación de televisión es la manipulación del poder sobre el pensamiento y el sentimiento de la sociedad.

Para qué sirven 150 canales de televisión si uno siempre ve lo mismo, advierte Julián. Además el 90 % de la programación son enlatados gringos y apenas dos o tres canales son las honrosas excepciones que uno disfruta.

Julián aparece aquí con su compañera Marcela, nieta de Fanny Arboleda, la mejor amiga de mi hace rato desaparecida mamá Inés Naranjo.
El oficio del arte le ha indicado a Julián cómo trabajar culturalmente en una sociedad como ésta. Colombia para la cultura solo dedica un porcentaje mínimo, menor del uno por ciento del presupuesto nacional y el concepto de cultura es muy estrecho y no recoge la diversidad que somos.
A nivel individual, la escuela de la contemplación de la sociedad le ha enseñado a Julián una visión crítica frente a ella con el humor como eje central de toda esa impunidad creativa posible.

Otra manera del trabajo de este maestro es que en la ciudad de Cali dirige un coro de 1200 niñas y niños preparados por él “porque la voz es el instrumento más barato y más extraordinario de todos y está la palabra en masa para decir cantando nuestros sueños y nuestras querencias”.

A la altura de la Calle Real, Julián se encontró con la pintora Elvira Ceballos Naranjo, nieta de Don Carlos Ceballos, el primer presidente del Concejo Municipal de Sevilla en 1914 e hija de Alcides y Leonisa.
Elvira trabaja el alquitrán y el vinilo sobre el vidrio en una aventura preconcebida de dar vida a formas especiales.

El gusto exquisito de esta artista sevillana se observa en toda la decoración de su casa.

La bella imagen de Frida Caló aparece impresa en el cubrelecho de esta habitación que invita a soñar plácidamente gracias al trabajo mágico y real de Elvira.

La percha de Elvira nos indica que el buen gusto la seguirá persiguiendo en todo lo que la rodea.

Sonia García Granada
Bella mujer y reconocida cantante sevillana que se inició en los Estados Unidos con los Black Stara.
Se presentará el sábado 30 de abril de 2011 en Cali
Bulevard Santa Mónica (Avenida 6 Calle 29 Norte)
LOS ESPERAMOS