La señorita María Isaza, la misma que usted ve en esta foto de los años veinte del siglo pasado, me enseñó a leer y desde entonces no he dejado de hacerlo todos los días. Aún recuerdo las primeras palabras que pude deletrear: piano…peineta…pié….Elena tapa la tina…..el enano bebe…paco le coge la cola a la vaca. Los niños deletreábamos y leíamos en coro y en voz alta el contenido de la “Alegría de Leer”, la cartilla del bugueño Evangelista Quintana. Gracias a mi querida y noble maestra, la lectura para mi es un bálsamo, un alimento permanente de vida.
Inés Naranjo, mi mamá, escribió en un diario que me abrió desde que nací:
“Febrero 6 de 1945. Principió a ir a la escuela por primera vez (Colegio Junín) de María Isaza. Ya sabía firmarse. Lo saque del colegio para no aburrirlo. Enero 7 de 1946. Lo entré definitivamente. En el mes de mayo noté que está muy adelantado sabe leer”.
En esta fotografía aparece en primer término Carmen Isaza, hermana menor de la señorita María y madre de Oriola Trujillo Isaza, quien me colaboró en la investigación de las familias.
Seguidamente, muchos años después, vemos que Oriola Trujillo contrae matrimonio con Pedro Luis Martínez, un personaje a quien conocí, caballero a carta cabal, que agitado por los soplos de la inevitable violencia sevillana tuvo un duelo en 1946 con Julián Serna Hoyos, poeta y concejal del pueblo, quien en otro duelo anterior le había dado muerte a Aurelio Martínez, primo hermano de Pedro Luis.
El enfrentamiento entre Pedro Luis y Serna Hoyos se llevó a cabo en una cantina de la calle de “La Pista” cuando Serna estaba acompañado del Doctor García Trejos y de nadie menos que Marco Granada el duro más fuerte y peligroso de la época.
Cuando cayó mortalmente herido Julián Serna, Pedro Luis le dijo a Marco:
“Si te dolió mucho, parate que pa vos también hay”.
“Lo que iba a ser ya fue y yo no tengo velas este entierro”, contesto Marco.
Este comportamiento, otrora de los sevillanos, me hace volver al poema “Un Hombre” de Porfirio Barba Jacob:
“Los que no habéis llevado en el corazón el túmulo de un Dios
ni en las manos la sangre de un homicidio;
Los que no comprendéis el horror de la conciencia ante el Universo;
Los que no sentís el gusano de una cobardía
que os roe sin cesar las raíces del ser;
Los que no merecéis ni un honor supremo
ni una suprema ignominia.
Los que gozáis las cosas sin ímpetus ni vuelcos
sin radiaciones íntimas,
igual y cotidianamente fáciles;
Los que no habéis logrado hacer el pan y el lecho
con vuestras propias manos.
Los que no habéis gemido de horror y de pavor
en fulgor iracundo, mudo y lúgubre.
Vosotros no podéis comprender
el sentido doloroso de esta palabra : UN HOMBRE”.
Don Elías Isaza, también profesor, era hermano de la Señorita María Isaza y de Doña Inés, otra ilustre y recordada maestra que educó generaciones y generaciones de sevillanos.
También fue maestra Blanca Isaza, sobrina de los anteriores e hija de Conrado que llegó a Sevilla en 1911 procedente de Salamina Caldas. A Jaime Zapata Isaza, hijo de Blanquita le debo el aporte del material fotográfico.
Los hijos de Don Elías Isaza son importantes profesionales sevillanos que le han dado lustre a nuestra patria chica, así: Guillermo Isaza Pérez, médico. Daniel Isaza Pérez, Ingeniero. Diego Isaza Pérez, profesor continuador de la bella profesión de maestro, y Elías Isaza junior, dueño del más puro sentido del humor.
Y como los Isaza siguen y continuarán irrumpiendo no solamente como educadores sino también en todas profesiones del aprender, podemos observar aquí, al Capitán de Aviación Civil, Guillermo Martínez Isaza, piloto que se estableció en Villavicencio (Meta) y que es hijo de Pedro Luis y Oriola, ya mencionados.
El autor, también recibe sus comentarios en: afaelduquenaranjo@yahoo.es