Autor Rafael Duque Naranjo
Semejante título poético con sabor a militancia, “El Comando de los Sueños”, no es un cuento metafísico, es una fundación de derechos humanos que lleva cinco años en nuestro pueblo y que se encuentra dirigido por un poeta que fue actor del TEC de Cali, nadie menos que Mario Agudelo, amigo y compañero de aventura intelectual con Oskar Salazar Henao cuando me ayudaron a parir el Festival Nacional de la Locura. En aquella ocasión, su magra figura, representó al Ingenioso Hidalgo Don Quijote de Mancha como observamos en las fotos de tomadas por Albeiro Vargas; la primera, con la “Casa de Los Alpes” al fondo donde hoy se encuentra el tradicional restaurante de Clarita Jaramillo González; y la segunda, con una nieta de Fanny Arboleda, representando a Dulcinea del Toboso.
Mario Agudelo de niño se voló de la casa cuando se metió a un circo ecuatoriano, el Royal Plaza, que pasó por su pueblo. Mario siguió con el circo por más de 30 pueblos vendiendo crispetas, haciendo malabares y actuando de payaso. Después le dio por escribir poesía y publicó “Palabra Desnuda” y “Sombras del Viento”, seguidamente entró a la dramaturgia con su obra “Una Cruz para la Guerra”. Actualmente es tallerista de obras escénicas y dirige la fundación “El Comando de los Sueños” en la casa que queda enfrente del hospital viejo (Carrera 47 No. 47-10) donde hace 50 años vivió Don Daniel, padre de Alcides, Arcesio, Artemo, Rosa, Aldemar, María Elena y Alvarito Carvajal Arias.
A nuestro pueblo llegó el CERES, Universidad La Gran Colombia, gracias a la gestión de Mario Agudelo mediante los talleres de liderazgo del Comando de los Sueños. En la actualidad, más de 150 estudiantes de la región cursan carreras de Derecho, Tecnología de Sistemas e Informática en Sevilla.
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