Autor Rafael Duque Naranjo
El Padre Alfonso Zawadzki fue el iniciador del proyecto de construcción de la imponente iglesia gótica que hoy todos admiramos y que es símbolo de identificación de Sevilla. En efecto, los planos de la obra estuvieron a cargo de los ingenieros Borrero y Ospina de Cali y su construcción se inició el 28 de octubre de 1933 cuando estaba al frente de la parroquia el presbítero Narciso Rentería y fue el padre Plinio Guillermo Quintana, sucesor de Rentería en 1935, quien llevó a feliz término la culminación de la obra. En 1937, Don Pedro Emilio Gil Jaramillo, a la sazón personero municipal, adquirió e hizo colocar el reloj de la torre que tuvo un costo de $2.300.
La obra se terminó bajo la dirección del maestro constructor Roberto Lemos. La prosa cultivada de Oscar Toro Echeverri definió así el nuevo templo: “Es todo un tratado de piedra de la línea recta, pura y definitiva. En las aristas múltiples de su frontis, la luz resuelve su compleja identidad en una sugestiva conflagración de matices. Su torre capital, rizada saeta, abre en el cielo la luminosa flor terminal de sus cuatro lucernas, diríase una girándula en reposo perpetuo”.
El mes de octubre de 1948 abandonó la parroquia el padre Quintana y fue reemplazado por el Presbítero Víctor Buenaventura Nates, varón probo y de recias virtudes espirituales, quien aparece en la carátula de la revista “Cincuentenario” de Junio de 1952 dirigida por Don Pedro Emilio Gil.