Autor Rafael Duque Naranjo
El 24 de noviembre de 2010 murió Cesar Augusto Soto Montes en Armenia donde permanecía bajo cuidados intensivos desde el miércoles 17 de noviembre, día del atentado perpetrado por un oscuro sicario cuando se encontraba en compañía de José Raúl Pérez Ruiz y el fiscal séptimo de la localidad, quienes también fallecieron, agregando a tres el número de victimas.
Cesar Augusto había contraído matrimonio siendo Secretario de Salud en la administración del alcalde Carlos Cardona, era gerontólogo y a sus 39 años se encontraba como primer opcionado de una lista de 47 concursantes elaborada por la Universidad de Antioquia para ocupar el cargo de gerente del Hospital Departamental Centenario de Sevilla. No obstante, su derecho a ser postulado en la terna como gerente del hospital, debidamente amparado por una tutela de la Corte Constitucional, fue desconocido por los miembros de la Junta Directiva del hospital, entre los cuales figuran el alcalde Gerardo Gómez Díez y el médico Julián Osorio, representante de los gremios de la producción afiliados a la Cámara de Comercio, quienes no lo incluyeron en la terna a pesar de tener sobrado derecho a integrarla y haber ganado la tutela.
De otra parte, José Raúl Pérez Ruiz, amigo y compañero de infortunio de César Augusto, a quien tuve la oportunidad de entrevistar cuando desempeñaba el cargo de Secretario de Planeación de la administración de Oskar Salazar, me decía que el único motor de desarrollo de los pueblos era el recurso humano y que él había aprendido a saber cómo funciona el Estado-Municipio dadas las circunstancias de conocimiento de los leyes 617 y 717, hasta el punto que la deuda pública de Sevilla en la administración de Salazar Henao bajó de 2.400 millones de pesos en Enero de 2004 a sólo $980 millones en Diciembre de 2007, es decir se canceló el 60% de la deuda total.
He oído y percibido lo que dicen algunos habladores anónimos, frívolos, insignificantes, y bobos en las columnas de www.elciudadanoenlared.com y termino por comprender que nunca habrá más realidad en Sevilla que la que está pasando ahora cuando mostrando la verdad que siempre nos ha hecho libres, estoy separando de lo peor, esta historia que nos deja perplejos aspirando a que la justicia llegue mientras se arrancan las greñas, ellos entre sí, defendiendo probables o improbables determinantes.
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