La Virgen de Chiquinquirá

Algunos, muy pocos, nos dedicamos a la mejor profesión del mundo: conversar y leer libros. Gracias a la lectura y en mi condición de genealogista, encontré en las “Genealogías del Nuevo Reino de Granada” de Don Juan Flórez de Ocaríz, que el autor del lienzo de la Virgen de Chiquinquirá fue el Platero Pintor Antonio de Narváez por allá en el año de 1560, quien por encargo de un lego doctrinero perteneciente a los religiosos de Santo Domingo, Andrés de Xadraque; dio vida al cuadro de la patrona de Colombia.

Según Flórez de Ocaríz, “la pintura de la virgen tiene túnica colorada y manto azul, el Niño Jesús en los brazos y la luna a los pies con una manta de algodón más ancha que larga, y por quedar mucho blanco en los lados, los ocuparon, el derecho con San Antonio de Padua, por ser Antonio el nombre del Pintor y el izquierdo con San Andrés, por llamarse Andrés, el religioso.
Por los colores o por el desuso la imagen se tuvo como arrojada, como olvidada porque Chiquinquirá quedó sin cura doctrinero y sin misa. Entonces la sevillana María Ramos de la provincia de Andalucía, residente en Chiquinquirá, buscando con qué adornar la capilla, encontró en la despensa el lienzo referido, maltratado de haber andado arrastrado, puso la imagen en el altar asida de cordeles, donde acudía a rezar.
Un día de pascua de navidad de 1586 según Flórez de Ocaríz “María fue llamada a la puerta de la iglesia por la india Isabel y la interrumpió un niño de seis años que decía a gritos: Miren a la madre de Dios y vieron la pintura elevada en el aire con grandes resplandores. La india Isabel avisó a su ama Catalina Díaz de Islos que acudió con otras personas y todos hallaron la imagen de admirable hermosura”.
La realidad se convierte en milagro cuando la fantasía de los que sueñan y rezan se encuentra con las obras de arte religioso como ésta del Platero Pintor Antonio de Narváez, orgullo nacional del grato y amable pueblo boyacense que tanto admiro y donde tengo mis mejores amigos y amigas.
Como ésta otra, “La Creación”, el mural realizado al fresco más imponente de la humanidad por Miguel Ángelen la Capilla Sixtina de la Catedral de San Pedro en el Vaticano, Roma.

Texto: rafaelduquenaranjo@yahoo.es
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